Era de la desinformación y cuenta cuentos.



En su momento al periodismo se le llamó el Cuarto Poder en alusión a la extraordinaria influencia que ejercía en la sociedad y el respeto que de la misma recibía.

Este respeto alcanzó su cima durante la década de 1970 cuando los periodistas de Washington Post siguieron la pista de un robo en un edificio de oficinas de Watergate, sin saberlo la pista les llevó hasta la misma Casa Blanca y la renuncia del presidente Richard Nixon. Más información aquí.

Desgraciadamente casi tres décadas después, la situación ha cambiado. El periodismo de investigación ha desaparecido, quizás hasta se podría decir que ha desaparecido el periodismo.

La concentración de la propiedad de los medios de información en grupos de poder ligados a grupos económicos y políticos y el apremio por un sensacionalismo ha acabado o están acabando con el periodismo.

Ingenuos nosotros pensamos que vivimos en la sociedad de la información pero a mi juicio estamos en la era de la desinformación. Los grupos de poder ligados a grupos económicos y políticos incapaces de frenar por Internet el acceso a noticias por parte de los ciudadanos han cambiado de estrategia; ahora lo mejor es saturar a las unidades de consumo (antes llamados ciudadanos) de elementos contradictorios para generarle una fatal confusión. Divide y vencerás.

Así vemos por ejemplo telediarios (yo ya ni los veo) en los cuales se inundan las informaciones esenciales con un diluvio de noticias insignificantes difundidas de forma generalizada por un grupo editorial. En el fondo es un nueva censura que aparenta pluralidad y democracia.

La prensa ya no es digna de confianza a los ojos del público y actitudes como la fotografía adjunta tienen la culpa. Ya no son periodistas son cuenta cuentos. El nuevo ecosistema comunicativo obligaría al periodismo a asumir un nuevo rol para lograr el respeto y confianza de una sociedad desinformada. Son incapaces de asumir ese rol han asumido el de cuenta cuentos.

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